miércoles, 12 de octubre de 2011

Para Gloria.

Para Gloria Rodríguez Rebollo.

Ya todos sabemos que eres fuerte, y que puedes conseguir todo lo que te propongas. Por eso, es mejor que te alejes de las cosas que te hacen sufrir, aunque sean necesarias para lograr tus objetivos. Porque con los daños, no solo tú sufres; sufren tus padres, tus familiares, tus amigas y yo, sufrimos contigo. No tienes la necesidad de estar pasando malos momentos que repercuten en tu salud, aunque eso te impida llegar a una meta, pero tomes la decisión que tomes, nosotros estaremos ahí contigo, apoyándote, dándote fuerzas y ánimos, cuidándote… Porque, aunque te lo parezca, no estás sola, tienes a un montón de gente que te quiere y vele por ti, porque tú te lo has buscado por ser como eres. Una niña muy simpática, amable, divertida, fuerte, y que lo das todo por las personas que quieres, sin importarte lo demás. No puedo escribir más, si no sabes que lo haría. Te quiero.


M. Carmen Lucas Méndez

1ºBachillerato B

lunes, 3 de octubre de 2011

El adivino.

Érase una vez, un hombre pobre, llamado Alberto, que se parecía a un sabio famoso y que una vez se hizo pasar por éste y le fue muy bien, así que decidió hacer lo mismo en la ciudad a la que iba. Al llegar a ella buscó un hotel, en el que lo confundieron con el sabio y se hospedó gratis. Al ir por la calle la gente lo invitaba a comer y le proponía acertijos que resolvía intentando aparentar la mayor facilidad. Muy pronto toda la ciudad estaba enterada de la llegada del sabio, incluso un brujo que desafiaba a personas muy sabias y que jamás nadie había resuelto sus acertijos. Éste fue al reino y le dijo al monarca que enviara un mensajero que le dijera a Alberto: “Ve al castillo del Rey acompañado de siete personas y póngase en el medio”.

Alberto le dio vueltas y más vueltas hasta que por fin lo adivinó. Al día siguiente desayunó en una cafetería y pidió a siete de los comensales que lo acompañaran al castillo del rey tras haber explicado a todos el por qué. La gente decía que no era posible hacer tal cosa ya que a un lado quedan tres y al otro cuatro. Ya en el castillo pidió a los siete que hicieran un círculo y él se colocó en el centro, quedando en medio de siete personas. El rey quedó fascinado y el brujo también, así que furioso le dijo que harían una prueba de fuerza, el brujo con un hechizo levantó el castillo. Alberto pensó unos segundos y se puso haciendo el pino, entonces el rey le preguntó que qué hacía y uno de las siete personas que fueron con él exclamó: “A mí también me gustaría saberlo, ya que te estás haciendo pasar por mí”. Alberto contestó:”Estoy sosteniendo la tierra”.El brujo se dio cuenta de que había perdido y desapareció y nunca nadie lo volvió a ver. Alberto le explicó al sabio: “me hice pasar por usted porque soy un hombre pobre que no tiene donde vivir ni qué comer, y haciéndome pasar por usted tengo alojamiento y me dan comida gratis. El sabio le dijo que se fuera con él de viaje, ya que era tan listo como él.

Victoriano Coronado 2º ESO A