lunes, 16 de enero de 2012

Nuevo blog: Relatos de mis alumnos.

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viernes, 13 de enero de 2012

Un día de pesca

Un día de pesca

Un día de sol, el padre de Julia y Marcos, preguntó que si querían ir a pescar con un amigo suyo. Y ellos muy contentos dijeron que sí, porque ellos también se encontrarían con un amigo suyo.

Felipe organizó todo, cogió las cañas, la red y alguna comida y bebida y llamó a su amigo Juan.

Él quería llevarse a su mujer, pero ella estaba embarazada y le tocaba pronto dar a luz, entonces no fue.

Camino del pantano se encontraron a su sobrino David que venía con sus amigos de hacer una caldereta, más adelante se asustó mucho porque había dos gatos muertos y después, cuando ya iban llegando los dos hermanos pelearon por una piruleta que querían los dos. Cuando llegaron, ya estaba allí su amigo Juan, con su hijo Carlos, pero se tuvieron que cruzar al otro lado, porque ahí había mucha gente. Tuvieron que cruzar un puente con los coches, pero los niños decidieron ir andando, porque Juan, el amigo de Felipe, tenía que recoger las cañas que ya había tirado.

Justo cuando fueron a tirar la caña, sonó el móvil, que lo estaban llamando desde su casa que su mujer iba a dar a luz.



Victoria Delgado Matos 2¨A

lunes, 14 de noviembre de 2011

Una broma terrorífica

Una broma terrorífica.


Era sábado, mis amigas y yo habíamos pasado la tarde en la Casa de Campo. Estábamos todas excepto Victoria a la que habíamos decidido gastar una broma. Como era verano todas las noches quedábamos en la Nora, una casa abandonada. Cuando ya la teníamos planeada nos dirigimos a la casa abandonada y nos pusimos a prepararla. Eran las diez menos cuarto, debíamos apurarnos pues Victoria llegaría a las once.

Acabábamos de terminar de prepararla. Eran las once menos cuarto, aún nos daba tiempo para escondernos. Cada una buscó un escondite en la planta baja, que era dónde nos reuníamos.

Llegó Victoria encendió la luz y se acomodó en el sillón para esperarnos. De pronto se fue la luz, y en el oscuro silencio de la noche se oía el agitado viento. Cada vez estábamos más asustadas, puesto que, las cortinas no dejaban de moverse y un búho que había en la rama del árbol no dejaba de ulular. Una de nosotras se movió y cayó un jarrón. Salimos a correr y vimos que Victoria se había quedado en el sillón dormida. Cuando se lo contamos se empezó a reír y nos dijo que eso nos pasaba por hacer lo que no debemos.

Idaira Contreras. 2 ESO A

miércoles, 12 de octubre de 2011

Para Gloria.

Para Gloria Rodríguez Rebollo.

Ya todos sabemos que eres fuerte, y que puedes conseguir todo lo que te propongas. Por eso, es mejor que te alejes de las cosas que te hacen sufrir, aunque sean necesarias para lograr tus objetivos. Porque con los daños, no solo tú sufres; sufren tus padres, tus familiares, tus amigas y yo, sufrimos contigo. No tienes la necesidad de estar pasando malos momentos que repercuten en tu salud, aunque eso te impida llegar a una meta, pero tomes la decisión que tomes, nosotros estaremos ahí contigo, apoyándote, dándote fuerzas y ánimos, cuidándote… Porque, aunque te lo parezca, no estás sola, tienes a un montón de gente que te quiere y vele por ti, porque tú te lo has buscado por ser como eres. Una niña muy simpática, amable, divertida, fuerte, y que lo das todo por las personas que quieres, sin importarte lo demás. No puedo escribir más, si no sabes que lo haría. Te quiero.


M. Carmen Lucas Méndez

1ºBachillerato B

lunes, 3 de octubre de 2011

El adivino.

Érase una vez, un hombre pobre, llamado Alberto, que se parecía a un sabio famoso y que una vez se hizo pasar por éste y le fue muy bien, así que decidió hacer lo mismo en la ciudad a la que iba. Al llegar a ella buscó un hotel, en el que lo confundieron con el sabio y se hospedó gratis. Al ir por la calle la gente lo invitaba a comer y le proponía acertijos que resolvía intentando aparentar la mayor facilidad. Muy pronto toda la ciudad estaba enterada de la llegada del sabio, incluso un brujo que desafiaba a personas muy sabias y que jamás nadie había resuelto sus acertijos. Éste fue al reino y le dijo al monarca que enviara un mensajero que le dijera a Alberto: “Ve al castillo del Rey acompañado de siete personas y póngase en el medio”.

Alberto le dio vueltas y más vueltas hasta que por fin lo adivinó. Al día siguiente desayunó en una cafetería y pidió a siete de los comensales que lo acompañaran al castillo del rey tras haber explicado a todos el por qué. La gente decía que no era posible hacer tal cosa ya que a un lado quedan tres y al otro cuatro. Ya en el castillo pidió a los siete que hicieran un círculo y él se colocó en el centro, quedando en medio de siete personas. El rey quedó fascinado y el brujo también, así que furioso le dijo que harían una prueba de fuerza, el brujo con un hechizo levantó el castillo. Alberto pensó unos segundos y se puso haciendo el pino, entonces el rey le preguntó que qué hacía y uno de las siete personas que fueron con él exclamó: “A mí también me gustaría saberlo, ya que te estás haciendo pasar por mí”. Alberto contestó:”Estoy sosteniendo la tierra”.El brujo se dio cuenta de que había perdido y desapareció y nunca nadie lo volvió a ver. Alberto le explicó al sabio: “me hice pasar por usted porque soy un hombre pobre que no tiene donde vivir ni qué comer, y haciéndome pasar por usted tengo alojamiento y me dan comida gratis. El sabio le dijo que se fuera con él de viaje, ya que era tan listo como él.

Victoriano Coronado 2º ESO A

jueves, 22 de septiembre de 2011

Assessin Creed

En una ciudad cerca de Roma había un asesino de soldados

y personas que se aprovechaba de los demás. Tenía que ir

eliminando soldados para llegar a su destino. Este asesino

cree en Dios y en el credo. No le importa los soldados que haya, él

acaba con todos. Su primera misión es colarse en el castillo y matar a una bruja chiflada. La razón de por qué la mata es que sabia mucha información. Lo mejor que tiene este asesino es que se puede

camuflar como un monje. Otra de sus misiones es matar a un hombre que es el rey de los soldados , tiene dos hijos príncipes. El hombre, que era conocido como el Toro, no le temía a la muerte, el asesino había entrenado para matar al Toro lo antes posible. Entró en el castillo con honor y

valentía lo mató con su espada afilada a sangre fría. Al salir del castillo se tiró a un carro llenos de paja para no tener que enfrentarse a soldados.

Nestor Gamero Pérez. 2º ESO A