lunes, 14 de noviembre de 2011

Una broma terrorífica

Una broma terrorífica.


Era sábado, mis amigas y yo habíamos pasado la tarde en la Casa de Campo. Estábamos todas excepto Victoria a la que habíamos decidido gastar una broma. Como era verano todas las noches quedábamos en la Nora, una casa abandonada. Cuando ya la teníamos planeada nos dirigimos a la casa abandonada y nos pusimos a prepararla. Eran las diez menos cuarto, debíamos apurarnos pues Victoria llegaría a las once.

Acabábamos de terminar de prepararla. Eran las once menos cuarto, aún nos daba tiempo para escondernos. Cada una buscó un escondite en la planta baja, que era dónde nos reuníamos.

Llegó Victoria encendió la luz y se acomodó en el sillón para esperarnos. De pronto se fue la luz, y en el oscuro silencio de la noche se oía el agitado viento. Cada vez estábamos más asustadas, puesto que, las cortinas no dejaban de moverse y un búho que había en la rama del árbol no dejaba de ulular. Una de nosotras se movió y cayó un jarrón. Salimos a correr y vimos que Victoria se había quedado en el sillón dormida. Cuando se lo contamos se empezó a reír y nos dijo que eso nos pasaba por hacer lo que no debemos.

Idaira Contreras. 2 ESO A

No hay comentarios:

Publicar un comentario