jueves, 16 de diciembre de 2010

Miguel Hernández. Profesor.

El lunar de Victoria
De todos sus lunares el que más me gusta es el escondido de su cuello. Es el único que me mira, que me persigue, que me busca. Lo tapas con tu coleta, lo cohibes y él se asoma, anhelando mi mirada y transformándose para dedicarme, desde su alegría, su mejor sonrisa.

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